
- La honesta confesión del cuidador de caballos Abraham Baygorria Camus
Abraham Baygorria Camus terminó la enseñanza media y después gastronomía, pero fue más fuerte el deseo de ser cuidador de caballos.
Todo parte cuando “mi papá comenzó a ver las carreras de caballos y yo empecé a verlas también. Seguía los caballos y como él tenía un conocido en un corral de Viña, ahí me metí en el del preparador José Leiva, con quien estoy hasta hoy día. Esto empezó como a los 14 o 15 años. Mi papá era un apostador y ahí me empecé a meter. Me gustó esta actividad y comencé a trabajar”.
“En ese tiempo estaba estudiando y concurría al Sporting los fines de semana, para aprender la actividad de cuidador de caballos. También lo hacía en enero, febrero y marzo”, apuntó.
De esta actividad señaló su especial agrado: “Esta pega me encanta Estoy feliz acá con los caballos. Me gusta la energía que tienen los caballos. En realidad me gustan todos los animales. Me gusta más trabajar con los animales que con las personas. Esa es la verdad”.
Hoy tiene 28 años y se siente muy cómodo en este trabajo: “Yo terminé mis estudios de enseñanza media y después los de gastronomía y estuvo en otras cosas, pero definitivamente me vinculé con la hípica donde estoy muy a gusto. Preferí estar acá porque me gustan los animales. A las seis y media de la mañana ya estoy trabajando. Me levanto temprano, vivo en Forestal desde donde me demoro como quince minutos en llegar al Sporting”.
Baygorria tiene a su cuidado cuatro caballos “entre ellos “Pato Cuncuna” que es una máquina. Me ha corrido siete veces y me ha ganado cinco. Ha ganado La Herradura de Oro y La Herradura de Plata. Me ha ido bien porque siempre he estado ganando”.
Pensando en el futuro aventuró que “si se da la oportunidad llegaré a capataz y a preparador. Por mí, pasaría toda la vida aquí cuidando caballos”.