20 de mayo de 2025 23:50
  • Obtuvo el segundo lugar en el concurso organizado por el Centro de Ex Alumnos de la Escuela Normalista de Viña del Mar

Con la obra “Luces y sombras”. Luis Segundo Figueroa Miranda, obtuvo el segundo lugar en el concurso literario organizado por el Centro de Ex Alumnos de la Escuela Normalista de Viña del Mar, que preside Gastón Hidalgo y el Colegio Regional de Profesores Valparaíso-Aconcagua que encabeza Francisco Rodríguez.

Figueroa tiene 88 años y es un porteño que está feliz de la vida: “Siempre ha sido aficionado al tema literario. Soy bueno para leer, en estos momentos tengo problemas a la vista, pero me estoy tratando. Me gusta lo que hago”.

FORMACIÓN

Su trayectoria como profesor la relata con fluidez: “Yo di el examen de admisión el año 50, para ingresar a la Escuela Normal de Viña del Mar y empezamos a trabajar el año 1951 como alumnos normalistas. Nos licenciamos el año 1956 en un acto efectuado en el Teatro Municipal de Viña del Mar, acompañado de la Orquesta Sinfónica de la ciudad jardín que dirigía Izidor Handler y del Orfeón Municipal”.

“Estuve seis años en la normal y fui uno de los fundadores del internado, que estaba en calle Quillota entre Bohn y Valparaíso, a media cuadra de la Escuela Normal. Me licencié a los 18 años y mi primera experiencia la viví como profesor en la Escuela N°32 de Catemu. Estuve dos años ahí y después ejercí en la Escuela Juan Rozas N°47 de Putaendo. Más tarde me fui a la Escuela N°30 de la misma localidad, que posteriormente se convirtió en el Liceo Manuel Marín Fritis, que era el nombre del director de esa escuela. Más tarde, me fui a la Escuela N°49 de San Felipe que ahora también es un liceo. En 1951 me trasladé a la Escuela España del cerro Monjas en Valparaíso, donde terminé. Trabajé 49 años en la educación pública”, explicó Luis Figueroa.

AGRADECIDO

“Estoy muy agradecido de la Escuela Normal que me formó. También estoy muy agradecido de un profesor de escuela primaria de ese tiempo, Francisco Plenkovic, que estaba en Putaendo por razones de salud, que en ese tiempo tenía un clima muy privilegiado para las personas que padecían problemas pulmonares como la tuberculosis. Tenía un sanatorio inmenso. Yo estoy agradecido de la formación recibida porque nos formó muy bien. Éramos un curso muy deportivo, muy musical y todavía hay algunos sobrevivientes de esa época. Nos juntamos a veces”, comentó Figueroa.

Reconoció otros aportes: “Tuve un profesor muy bueno en la Normal que era escritor. Él sacó un premio especial una vez de la Sociedad de Escritores de Chile. Me refiero a Víctor Molina Neira, era subdirector de la escuela y además era jefe del internado, por lo tanto, como yo estuve seis años internado allí aprendí mucho de él. Teníamos una vida muy buena. Salíamos los sábados a la cuatro de la tarde y volvíamos el domingo a las nueve. Soy un agradecido de la escuela normal. Me formó como hombre, como padre de familia y educador”.

En la fotografía principal, Luis Figueroa es el segundo partiendo desde la izquierda.

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