
Gonzalo Gutiérrez Muñoz, periodista
El pasado martes 12, el Tribunal de lo Criminal N° 3 de San Isidro, Buenos Aires comenzó el juicio por la muerte de Diego Armando Maradona (1960-2020), quien llevó una vida de éxitos deportivos y también de excesos, polémicas, drogas y alcohol.
Entre las demandantes están las hijas Dalma, Gianina y Jana, su ex pareja Verónica Ojeda y sus hermanas Ana María, Claudia y Rita Maradona.
El proceso considera la presencia de cien testigos y dos audiencias semanales hasta julio próximo.
El tribunal compuesto por tres jueces, dos mujeres y un hombre, deberá determinar si hubo negligencia médica por parte del equipo de salud que lo cuidaba. Las investigaciones parten al fallecer Maradona el 5 de noviembre de 2020, en el primer piso de una casa arrendada en el country San Andrés de Tigre, en las afueras de Buenos Aires.
Desde ese momento fueron muchas las interrogantes que quedaron abiertas. La primera autopsia determinó que la causa de muerte fue por una insuficiencia cardiaca aguda, congestiva y crónica, que le generó un edema agudo de pulmón. Su corazón pesaba 503 gramos casi el doble de uno normal. Se sumó el conocimiento de las precarias condiciones en que “El Diez” -que no estaba siendo visitado por muchos de sus familiares-, tomaba antidepresivos y antiinflamatorios y padecía cirrosis e insuficiencia renal. Se estaba tratando de recuperar domiciliariamente después de haber sido operado de un hematoma subdural en una clínica. De hecho se dijo que la casa no estaba bien adaptada y equipada para ello.
Entre los acusados está el médico cirujano Leopoldo Luque, que era el profesional de cabecera de Maradona. Se le responsabiliza porque la hospitalización tras ser operado fuera domiciliaria y no en un centro de salud, además de ignorar los síntomas y haber falsificado la firma del ex futbolista. Le sigue la siquiatra Agustina Cosachov que alteró un certificado médico; la jefa médica Nancy Forlini, acusada por negligencia; el sicoanalista Carlos Angel Díaz por no decir la verdad a la familia sobre el estado de salud de Maradona; el médico Pedro Pablo Di Spagna por no controlar el estado de salud de Maradona; y los enfermeros Ricardo Almirón y Mariano Perroni por desempeño deficiente.
En la primera intervención de los tres fiscales uno de ellos estremeció a los presentes en la corte, tras mostrar una foto de Diego Maradona, en la que se veía ya muerto, muy hinchado y tendido hacia arriba en una cama, aunque esta no se vio en la transmisión televisiva.
El fiscal Patricio Ferrari dijo: “Así murió Maradona. Quien les venga a decir a ustedes, los jueces, que los profesionales de la salud no percibieron lo que le pasaba a Diego, les están mintiendo en la cara. Ningún tipo de protocolo se gestó para brindar esa temeraria intervención en un teatro del horror, que fue aquella casa donde murió Diego”.
Tras la alocución las hijas de Maradona estallaron en llanto.
Para la familia, su convencimiento es que a Maradona lo dejaron solo para que se muriera, considerando el precario recinto donde estuvo aislado, alejado de la familia y sin la debida asistencia médica.