15 de agosto de 2025 03:52
  • El sujeto atacó de madrugada sin emitir el más mínimo ruido ya que el dueño casa gozaba de un profundo sueño

 

Un ladrón escalador de muros, logró ingresar hasta el segundo piso de una casa ubicada en Habana casi al llegar a Diego Portales de Recreo, para llevarse una bicicleta y un computador.

Un delincuente vinculado a la red de consumo de drogas, de acuerdo a lo que se ha sabido, planificó muy bien esta operación, ya que se dio cuenta que una de las ventanas del segundo nivel estaba a medio abrir.

Para realizar su cometido, atacó de madrugada, percatándose que en la parte baja funciona una modista que cierra su taller, con una reja plegable del tipo acordeón.

Pues bien, al estar cerrado este negocio, el antisocial trepó por esta reja y luego alcanzó la ventana, la que abrió de par en par para poder entrar.

Por cierto que la intervención la hizo en completo silencio, ya que estaba al tanto que el único ocupante de ese piso, se había encerrado en la pieza del fondo, donde funciona el dormitorio, el que a la hora del robo gozaba de un profundo sueño.

Fue tan silente el trabajo de este delincuente que pudo sacar una bicicleta, por la única escala que accede a la calle Habana, portando al hombro el computador que estaba disponible para llevárselo en un solo viaje.

Fue en la jerga delictual una operación limpia, segura, sin ruido y pudo irse en la misma bicicleta hasta perderse en las calles próximas.

Cuando llegó la hora del despertar, el único morador se dio cuenta de las valiosas pérdidas, estallando en una fuerte desesperación.

Y a la hora, en que se le consultó a este joven por parte de los vecinos, qué es lo que había sucedido, solo reconoció que se le había quedado la ventana abierta maniobra que siempre realizaba para ventilar el ambiente.

Ante ello, muchos le recordaron el chiste de Bombo Fica, cuando Carabineros le consulta al dueño de casa, por donde había entrado el ladrón y la víctima respondió: “Entró por esa ventana que se me quedó abierta…”.

La respuesta del policía, que se repite en este caso fue “¡Ah! ¡Incitando al robo!”.

La conclusión al que llegó la víctima, al que se sumaron los vecinos, es que el barrio está rodeado de jóvenes que consumen drogas y que siempre están merodeando el sector.

Son conocidos, ya que están cerca de los locales comerciales donde piden dinero y algunos de ellos ocultan sus rostros con gorros y capuchas.

La denuncia quedó interpuesta en la policía con la esperanza de que aparezcan los artefactos, que son muy necesarios para este joven que vive en Recreo.

La única lección es que reforzarán ese punto con una cámara de seguridad, ya que en el entorno cuentan con estos adelantos, producto del avance de los robos en el barrio.

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