18 de abril de 2025 10:47
  • Investigación de Marco Fuentes Ih.

 

Molina 1978. Este año quedó marcado en la retina de cientos molinenses. Uno de los mayores logros en el ámbito deportivo, sucede este año.

La selección juvenil de fútbol de Molina lograría lo inesperado: Poner el nombre del pueblo en lo más alto.

Todo comienza un día 30 junio 1978, entre viñedos y cordillera. Esta selección debe enfrentar a sus vecinos de Lontué, a los que derrotan 2 por 1.

Continúa su aventura enfrentando y derrotando a diversas selecciones del Maule Norte, incluida la poderosa escuadra de Curicó.

La final regional (selecciones del Maule Sur y Norte) es frente a la selección juvenil de San Javier. El primer partido, el local es Molina. Un estadio a no poder más. Los hinchas llegaron en carretas, a caballo con sus respectivos jinetes y las góndolas se hicieron la América

Cientos de fanáticos gritaban al unísono ¡¡¡Molina!!!, ¡¡¡Molina!!!, ¡¡¡Molina!!! Eran tan potentes los gritos de la barra, que por el sur se escuchaba hasta en el Molino de Quechereguas y por el norte hasta el mítico callejón del Hoyo.

El resultado clasificó a Molina prácticamente 4 por 1.

Antes de llegar al Nacional se debía enfrentar a Rancagua y la gran mayoría pensaba que Molina hasta aquí no más llegaba. Pero los juveniles inspirados en el héroe molinense Luis Cruz Martínez lograron lo impensable. Derrotaron a los de la Sexta Región 2 por 1.

Vamos al Nacional y el grupo que le toca a Molina es el más complicado. El primer partido frente a Antofagasta un 19 de octubre. Gana Molina 1 por 0. Luego empata con Maipú 2 a 2 y a la selección de Recreo (V Región) la derrota 6 por 3.

El gran paso de nuestra selección lo da al derrotar a uno de los favoritos, Puerto Montt por un categórico 1 por 0

Y nos vamos a la final en Santiago de Chile.

Se enfrentan las selecciones del Área Metropolitana que contaba con grandes figuras que serían reconocidas a nivel nacional e internacional como Astengo, Rojas, Neculñir y tantos otros.

Molina tenía como refuerzo al talquino Hugo Rubio y a Oscar Patricio Sobarzo otro talquino que sobresalieron, pero lo más importante es que está selección tenía espíritu de héroes.

Pierde frente a los locales y cientos de fanáticos lo acompañan en las galerías y muchos molinenses avecindados en Santiago los reciben.

De vuelta, la euforia se toma las calles de Molina, donde más de 7.000 personas los reciben como héroes

Un diario de la capital escribió: «Los provincianos (Molina) se pararon bien en la cancha y casi dan la sorpresa».

En esos tiempos existía una radio llamada Panamericana y ellos felicitaron a la selección de Molina

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