
- Su carrera profesional fue interrumpida por ir a jugar un con unos amigos un partido amistoso lesionándose de una pierna
La historia deportiva de Josué Urbano Suárez Herrera, se vio truncada en el profesionalismo por ir a jugar con unos amigos y sufrir una grave lesión en una de sus piernas, lo que le impidió renovar con Curicó Unido.
Él relata sus inicios en el fútbol: “Yo empecé mi actividad deportiva jugando por un equipo rural de Casablanca. Comencé a jugar a los 15 años en el Club Deportivo Oscar Comenz Lecaros de Casablanca y después subí a la juvenil del mismo club. Más tarde jugué en la selección juvenil de Lontué. Me acuerdo que le ganamos a Molina. Y una vez que terminé mi participación, me fui a probar a la Universidad de Chile en Santiago en el año 1973. El entrenador del primer equipo era Ulises Ramos y en las cadetes estaba “El Turco” Luis Ibarra. Entrene en la “U” y me dijeron que volviera en enero del año 1974”0
Mientras tanto Suárez se preparó para ese gran desafío: “Me vine a mi tierra natal de Casablanca y comencé a entrenar solo. Como Curicó entró al ascenso me mandaron a buscar por parte del presidente del club don Pepe Fernández. Me probaron y como andaba al 100%, me quisieron contratar al tiro y yo les dije que iba a volver a la Universidad de Chile. El presidente me dijo que me iban a contratar profesionalmente por dos años. Yo sabía que si me iba a la Universidad de Chile iba a estar en cuarta especial y no iba a subir al primer equipo mientras no tuviera una oportunidad para ser profesional. Entonces yo me dije, me dan un contrato profesional por dos años me quedo en Curicó. Ahí jugué los años 1974 y 1975 en Curicó Unido”.
Una vez terminada la temporada oficial desgraciadamente fue a jugar con unos amigos un partido a Cerrillo Bascuñán lesionándose severamente de la rodilla izquierda.
Su rol en la cancha era de mediocampista jugaba de seis o de diez: “Me lesioné. Imagínese iba a renovar y no podía pegarle a la pelota. Tuve un esguince crónico en la rodilla izquierda. Hablé con el entrenador Pedro Araya y no me quedó otra que retirarme. Me fui a trabajar con mi padre que era bodeguero de la Viña Casablanca, que era muy conocida mundialmente”.
Después en el año 1976 “vinieron unos dirigentes del Club Atlético de Molina y me contrataron cuando tenían una final con San Vicente de Tagua Tagua y hasta el día de hoy permanezco en esta institución. A mí me conocen y jugué con ellos. Con Romeo Arredondo, Enrique Castillo, “El Chueco” Gajardo, Hugo Pantoja y muchos otros. Comparto con ellos, aunque hoy día estoy un poco alejado porque trabajo en un furgón escolar. Pero trato de estar con ellos cuando hacen estos encuentros porque me siento muy feliz, ya que compartimos recuerdos y anécdotas”..