
- Quien más lamentó su muerte fue Felipe Martínez, que compartía permanentemente con él en su kiosco de diarios, en Portales con Unión, junto a otras amistades
La muerte del vecino Luis Miguel Aros Ramírez, a los 77 años de edad, provocó un profundo impacto en la comunidad de Recreo.
Él se declaró como un “caletano”, porque nació en Caleta Abarca, su barrio, y no era recreino, ya que siempre dijo que Recreo corresponde a los sectores aledaños, como Villa Moderna, El Sauce, Recreo Alto.
Él vivía en calle Diego Portales 475, en el pequeño sector comercial entre Habana y Roma, donde en determinadas horas del día se sentaba en las gradas de su casa a leer “La Estrella” o a escuchar rancheras. Respetuoso con la vecindad, saludaba a quienes recorrían ese sector y conversaba con sus amigos de siempre. Respetuoso, atento y de buen ánimo.
Tradicionalmente iba hasta el emporio San Lorenzo, donde visitaba a Rosita para comprar el pan diario. Fue en ese recorrido, cuando cruzaba desde Roma por Portales, a la vereda del frente, donde funciona el mini market Pacifico, cuando se desplomó en plena calle.
Los transeúntes y vecinos salieron a socorrerlo y brindarle los primeros auxilios, mientras otros llamaban a la ambulancia, la que llegó veinte minutos después, para ser internado en el Hospital Gustavo Fricke. Él tenía cuatro by pass al corazón.
A pesar de los esfuerzos médicos y de la traqueotomía realizada, estos fueron inútiles, apagándose la vida de un ciudadano caballeroso, ejemplar, buen vecino, conciliador, amistoso y gracioso.
TRANSPORTISTA
La vida de Luis Miguel Aros siempre estuvo sobre ruedas, manejando camiones por espacio de 47 años, 20 de los cuales los cumplió en Chicago, Estados Unidos.
Estando en Chile también manejó micros, llegando a ser chofer de la línea 22 de color azul que recorría Recreo.
Él vivía solo y sus restos fueron sepultados en la tumba donde descansan sus padres y su única mujer, aunque nunca se casó con ella.
Le sobreviven una primera hermana y una hija de ella que viven en Viña.
FELIPE MARTÍNEZ
Quien lamentó con mayor impacto la partida de Miguel Aros, es el dueño del kiosco de diarios ubicado en Portales con Unión, Felipe Martínez donde era frecuente verlos conversar y sentarse alrededor de una pequeña mesa que estaba dispuesta para intercambiar ideas.
“Él me conocía desde niño y por eso lo estimaba mucho. Y en mi kiosco nos juntábamos todos los días a dialogar, hablábamos de fútbol, religión, política. Intercambiábamos ideas, discutíamos y hasta peleábamos, pero también nos reíamos. A pesar de esas situaciones, nunca perdimos la amistad. Siempre nos respetamos y nos queríamos, porque éramos una familia de caletanos, porque él decía que éramos de Caleta Abarca y no de Recreo. Lastimosamente yo he perdido a una gran persona y eso me impactó enormemente. Siento un profundo dolor”, comentó con evidente pesar.
En este grupo siempre estaban José Luis, Patricio Trujillo, Eric Navia, Miguel Aros y Felipe Martínez.
Era común verlos, desde el momento que se abría el kiosco. Además, Felipe Martínez debía ir varias veces hasta el hogar de Miguel Aros a programar el equipo musical que irradiaba las tradicionales rancheras.
En el camposanto de Recreo, las expresiones de color fueron manifestadas por Felipe Martínez, la sobrina Carmen, una vecina de calle México y un compañero de trabajo, quien recordó que en un documental sobre los camioneros de Chile, que está en youtube, aparece la trayectoria de Miguel Aros su compañero de ruta, donde queda reflejada la personalidad de este personaje.
La fotografía de portada fue captada hace una semana por Felipe Martínez, que muestra la mesa en que se reunía con él para conversar en las puertas del kiosco de diarios