30 de septiembre de 2025 21:59
  • Guillermo Herrera Figueroa, ex concejal de Puchuncaví

Por décadas el Hotel “Las Rocas” de Maitencillo, ocupó un espacio privilegiado constituyéndose en un referente importante en el vecino balneario.

Ahora ese espacio es ocupado por el polémico Condominio “Rocas de Maitencillo” que contempla la existencia de veintiocho departamentos de lujo, en seis edificios, de 4 y 6 pisos, respectivamente.

Recientemente el Concejo Municipal de esta comuna, en sesión extraordinaria, y por mayoría, llegó a un acuerdo, entre la empresa inmobiliaria “Mar de Maitencillo” y la Municipalidad de Puchuncaví, luego que la Corte Suprema llamara a una conciliación judicial, para superar, por una parte, el problema suscitado con la recepción de las obras del proyecto por parte de la Dirección de Obras; y por otra, la omisión de cualquier juicio indemnizatorio contra el municipio por el tiempo transcurrido desde la finalización de los trabajos ejecutados.

Este proyecto inmobiliario fue resistido desde sus inicios por la propia comunidad, representada por el Comité por la Defensa del Borde Costero de Maitencillo que lideró Francisca González Klein, y para lo cual consideró movilizaciones sociales y acciones legales en su contra, dada su ubicación en los roqueríos junto al mar; y la Junta de Vecinos de Maitencillo fue también una histórica detractora del proyecto por considerar que cambiaba radicalmente la fisonomía del sector y considerando, además, las limitadas y estrechas vías de acceso del área, la carencia en el balneario del servicio de agua potable y alcantarillado, etc.

Por su parte la Municipalidad de Puchuncaví, no estuvo ajeno a este proyecto pues en el renovado Plan Regulador, que fue aprobado el 19 de agosto de 2009, durante la administración del alcalde Agustín Valencia García, contemplaba en ese espacio, solamente instalaciones hoteleras o similares, y no construcciones con fines habitacionales, ya fueran edificios o viviendas, y la rasante superior era de diez metros que gráficamente lo indicaba la copa del pino existente en el centro del predio.

El proyecto inmobiliario fue presentado a la Dirección de Obras, cuando estaba por aprobarse y puesta en vigencia el nuevo Plan Regulador de la comuna de Puchuncaví.

Fue así como los nuevos propietarios del terreno que ocupara el antiguo Hotel “Las Rocas”, impulsaron la iniciativa habitacional, iniciaron los trabajos con obras menores que no aprobó la DOM sino después cuando ampliaron y hubo instalación de faenas.

Es importante recordar y valorar que el primer hotel del vecino balneario de Maitencillo funcionó por encargo de don Ignacio Baltra del Canto, y tuvo estrecha relación con el loteo de la ladera costera del heredado fundo Cerro Colorado, y cuando el centro del sector era la caleta.

En el año 1913 promociona la venta de trescientos sitios a través de la prensa de Santiago destacando, en esa publicidad, que el paraje le ofrecía la tranquilidad del mar, los hermosos roqueríos y la abundante vegetación.

La subdivisión predial se hizo efectiva con éxito a partir del antiguo hotel “Pocitos” o playa “Neves” hasta el sector de Aguas Blancas. En su mayoría eran sitios de 20 metros de frente, que se extendían desde el mar hasta el cerro, lindando con el fundo.

La vida de este primer hotel fue efímera porque no respondió a las expectativas del dueño.

Posteriormente vino al balneario, desde la vecina comuna de Nogales, Edmundo Bouilliet Damond, quien, asociado con un hermano, adquirió en 1930, la propiedad de la familia Splay y construyó el Hotel “Las Rocas”, en una hermosa y atractiva ubicación frente al mar.

Con posterioridad el hotel, manteniendo la misma estructura y características, fue adquirido por José Piraino Squadrito, proveniente de la ciudad de Los Andes, con experiencia en el rubro de la hotelería, dándole a este centro de estadía y esparcimiento mayor auge e importancia.

Este tradicional hotel de Maitencillo había sido construido sobre las rocas, y a pasos del mar, con una vista privilegiada hacia las costas del norte. Era un pintoresco edificio de madera, de dos pisos, y techos de teja, con más de veinte habitaciones que se orientaban hacia la calle, además de los amplios comedores con vista al mar, y demás instalaciones propias de un establecimiento de estas características.

La iniciativa hotelera tuvo pleno éxito con la llegada de pasajeros, y marcó, sin duda, una nueva etapa de vida en el incipiente balneario, pues se convirtió de inmediato en un atractivo centro social que adquiría mayor fuerza en la temporada de verano.

A la vez, los buses que comenzaron a llegar a Maitencillo, durante los meses de verano como la empresa de microbuses inter provinciales, la “Ex Andes Mar Bus”, tenían su terminal en ese lugar.

Más adelante, el primer teléfono público que instaló la Compañía de Teléfonos de Chile en este balneario, fue colocado en este hotel contando, de esa manera, con un público cautivo.

Finalmente cabe recordar que poco antes que comenzara a regir el nuevo Plan Regulador de la Comuna de Puchuncaví, la sucesión de José Piraino Squadrito, vendió este característico y atractivo bien raíz que por años ocupara el Hotel “Las Rocas”, a una Inmobiliaria que posteriormente construyó el polémico Condominio “Rocas de Maitencillo.

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