15 de agosto de 2025 04:32
  • Gonzalo Gutiérrez Muñoz, periodista

El 16 de enero pasado se inauguraron las obras de la última cárcel concesionada del país que está ubicada en Talca y que opera la constructora San José.

Hoy día la capacidad construida en el país es para 42 mil internos, pero se acoge a 58.000. De ellos, 20 mil están en los penales concesionados.

Hay nueve cárceles concesionadas que están ubicadas en Antofagasta, Concepción, Alto Hospicio, La Serena, Rancagua, Santiago Uno, Valdivia, Puerto Montt y Talca.

Un reo en una cárcel del estado tiene un costo para el país de un millón de pesos mensuales mientras que en las concesionadas es de 900 mil. La diferencia radica en la mayor eficiencia.

Las concesiones de cárceles partieron una vez que se vieron los éxitos en la construcción de autopistas y aeropuertos.

El modelo de concesión contempla la construcción del penal, los servicios de salud, alimentación, reinserción social, aseo, control de plagas, economato, lavandería, mantención, conservación y equipamiento del recinto.

La sobrepoblación no es generalizada en estos recintos como en las cárceles públicas, cuyo control se lleva detalladamente, ya que el estado debe pagar un extra por cada preso de más en las concesionadas.

La Dirección de Concesiones considera para este año la construcción de la cárcel de Copiapó, en un terreno de 90 hectáreas aledaño a la Ruta 5 Norte, a 40 kilómetros de la ciudad, en medio del desierto.

Hasta el 2002 todas las concesiones se realizaban desde el Ministerio de Obras Públicas, y en el caso de las cárceles apareció como actor principal, Gendarmería, que puso reparos a varias obras que estaban en plena construcción, costos que debió asumir el estado, ya que los juicios llegaron a la Suprema y que ganaron los privados.

Ante esta realidad, los concesionarios no están interesados en repostular al vencimiento de los contratos por las malas experiencias, al asumir Gendarmería la administración de las cárceles lo que derivó en reclamos y demandas judiciales.

Las discordias entre las concesionarias y el estado, han sido superadas frente a nuevas licitaciones, ya que se dispuso que toda obra debe ser visada por Gendarmería.

Como dato relevante respecto de los tiempos de construcción se señaló lo siguiente de la cárcel de Talca. El terreno se compró el 2008. El diseñó se terminó el 2010. La obra se inició el 2017 por el MOP. La obra gruesa concluyó el 2022 con una disputa entre la constructora y el MOP por el alza de costos, hasta que Concesiones la licitó para finalmente terminarla después de 17 años.

Por lo tanto, a los inversores les interesan las certezas para desarrollar obras con seguridad y sin contratiempos.

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