26 de octubre de 2025 23:09
  • Juan Carlos Rojas Olguín – Comunicador Social.

 

Cuando a sus 16 años la mexicana Consuelo Velázquez compuso el bolero Bésame mucho, probablemente no imaginó que su creación se convertiría en una pieza icónica versionada por más de mil intérpretes y traducida a 26 idiomas. Grabada originalmente por Emilio Tuero, El barítono de Argel, pronto Andy Russel la adaptó al idioma inglés, catapultándola hacia la inmortalidad. Uno de su más recientes covers tiene el sello inconfundible del tenor italiano Andrea Bocelli.

Si bien el idioma español posee las expresiones nuevas versiones o adaptaciones para definir la reinterpretación de una canción previamente grabada por otro artista, los anglicismos covers, para referirse a canciones, y remake, en el caso del cine, han terminado por imponerse.

Yo descubrí, asombrado, los covers en la década del sesenta, cuando comprobé que la canción de Brenda Lee, Some of these days que ella grabó en 1959 era una creación escrita por Shelton Brooks en 1910. El álbum de la pequeña gran cantante norteamericana titulado Gradma, what great songs you sang, incluía también otro magnífico clásico, Rock- A- Bye your baby with a Dixie Melody, impresa por Al Jolson en 1910, un tema con varios covers, donde la versión de Aretha Franklin pareciera ser la mejor lograda. Luego, al revelar que el gran éxito de Elvis Presley,  Are you lonesome tonight? databa del año 1926 y que en 1949 también Al Jolson la había versionado, comprendí la maravillosa esencia y el potencial que posee la música, donde el talento individual puede lograr portentos (Se cuenta que la esposa del controvertido coronel Tom Parker, manager de Presley, fanática de la canción, persuadió a Elvis para que la grabase).

Un lúcido ejemplo lo constituye la canción Laisse-moi le temps, que en la versión original del francés Romuald ocupó el segundo lugar en el Festival de la Canción de Viña del Mar en 1973. El ojo avizor del canadiense Paul Anka la adaptó y tradujo para que Frank Sinatra la convirtiese en éxito de fama mundial, por cuanto en 1974 bajo el título de Let me try again estuvo 10 semanas en la lista de los Hot 100 de Billboard, la lista especializada en información sobre la industria musical, aún vigente, no obstante la arremetida en mediciones del servicio de música digital Spotify. Sin duda, la fama y calidad de La voz, influyeron para que este cover alcanzara colosal proyección.

La intuición musical de Camilo Fernández, responsable del desarrollo de la industria musical chilena en las décadas del 60 y 70, a través de los movimientos artísticos Nueva Ola y Nueva Canción Chilena, y creador del programa televisivo Música Libre, contribuyó a la creación de inolvidables covers, donde Luz Eliana, Sergio Inostroza o Los Harmonic’s,  entre otros, estamparon en los discos vinilos de la época sendos éxitos de versiones ya consagradas por cantantes europeos y norteamericanos. Como las grabaciones originales sobrellevaba un gran retraso en llegar al continente americano (inimaginable en la globalización de hogaño) los covers se escuchaban con fruición como inéditos en las emisoras chilenas o argentinas. Tanto así, que cuando arribaban las interpretaciones originales, el auditor las escuchaba con desdén. Porque el cover Poetry in motion, grabada por Pat Henry, o la versión local de El baile de la baldosa en la voz de Rafael Peralta, estaban tan arraigadas en los oídos latinos, que al escucharlas por Johnny Tillotson y Rita Pavone (las originales, respectivamente), costaba asimilarlas en su real dimensión.

Las incontables formas de alterar la infraestructura de una canción adquiere enorme resistencia para reconocer su autenticidad, porque lo que pareciera una mera ramificación encubierta, el placer que nos proporciona la música revierte cualquier atisbo de engaño o confusión.

Fueron muchos los que nos equivocamos al afirmar que la hermosa canción Without you la había grabado originalmente el estadounidense Harry Nilsson (famoso por su interpretación de Everybody’s talkin’ de la inolvidable película Midnight Cowboy, que tuvo como protagonistas a Dustin Hoffman y JonnVoight, el padre de Angelina Jolie). Pero no; la banda originaria de Gales, Badfinger, creó el tema en 1970, un año antes que la recreara Nilsson. Esta monumental balada exige lo mejor del intérprete, por cuanto el intenso y desgarrador estribillo no consiente mediocridad. Por tanto, cuando en 1994 Mariah Carey realizó el cover de Without you, su registro vocal de cinco octavas estuvo a la altura de la composición. Y más aún, numerosos fans de Air Supply, comentaron que  Russell Hitchcock, solista del dúo, tendría que haber estado complacido de la adaptación de la Carey, pues aseveraban que la grabación realizada por sus ídolos en 1991 era la original.

No hace mucho mi hijo Pablo, tan melómano como yo, me sorprendió al mostrarme la canción  Got my mind set on you del cantante afroamericano James Ray, grabada en 1962. Yo le había otorgado todos los créditos a George Harrison. Por tal motivo no me alteró enterarme de que The tide is high, de Blondie, éxito de 1980, era un cover del año 1967 inscrita por el grupo jamaicano The Paragons. O que el  alegre himno feminista  Girls just want to have fun de Cyndi Lauper, respaldado por un sintetizador consiguiera olvidar la primera versión de Robert Hazard, curiosamente escrita desde el punto de vista masculino. La catalogada Reina de los covers, Miley Cyrus, destacada cantante norteamericana, prestigiada por su singular rango vocal, también efectuó una excelente versión de esta popular canción (su apodo proviene de Smiley, porque tenía predisposición a sonreír).

Ejemplos de covers son demasiados y nuestro psíquico inconsciente musical los absorbe y disfruta sin distinciones de géneros musicales. Creo que Noche de paz es la más versionada de la historia.

En tango, hip hop, cumbia, aria  o balada, la percepción será deleitable. Porque nos quedó clarísimo cómo la cumbia de la Sonora Dinamita, Se me perdió la cadenita adquirió ribetes extraordinarios en el cover de la  agrupación chilena del Chico Trujillo. O el cover de Un ramito de violetas, interpretado con la fuerza y carisma de Zalo Reyes carece de parangón al ponerlo frente a la ternura y suavidad de su autora, la española Cecilia (Evangelina Sobredo). Como tampoco la  maravillosa voz de Fernando Larrondo, solista del Clan 91, interpretando Solo tu no podría compararse con el espléndido falsete del solista de The Four Seasons, Frankie Valli cantando la canción original, titulada Rag doll.

Aunque, ¿será realmente la original?

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