16 de abril de 2025 05:27
  • Gonzalo Gutiérrez Muñoz, periodista

 

Toda suerte de comentarios ha surgido en la prensa y en la opinión pública el hecho que se haya revelado, que 127 periodistas trabajan en los 23 ministerios de gobierno, con sueldos que van desde el millón a ocho millones de pesos mensuales.

Los ministerios de Cultura y Educación, cuentan con 9 profesionales cada uno, y luego con 8 aparece el Ministerio de Relaciones Exteriores. Llama la atención que Hacienda tenga 4 mientras que Interior y Secretaría General de la Presidencia disponen de 5 cada uno, considerando que son carteras que trabajan 24/7. Defensa aparece con 3.

Todos estos profesionales son contratados, de acuerdo a la Escala Única de Remuneraciones.

La estructura de esta planta de profesionales está integrada por un jefe de prensa y difusión o un coordinador de comunicaciones o un jefe de comunicaciones. Luego figuran el coordinador de redes sociales, el estratega digital, el periodista (que cubre la noticia) y el periodista de avanzada (que llega antes que su ministro a terreno, advirtiendo si hay vientos favorables, protestas, funas o que puede asistir sin problemas).

De acuerdo a lo que señalan los profesionales aludidos, las comunicaciones consideran una serie de factores y elementos que deben ejecutarse para que la gestión de un ministerio repercuta en la sociedad. Hay que fortalecer la imagen del ministro, difundir claramente su mensaje, su programa, sus obras y debe  relacionarse con otras autoridades, vecinos, etc. para lo cual se acompaña de los periodistas que elaboran las noticias que van respaldadas con audios, fotografías y vídeos. También cuando salen de la capital se les abren espacios en los medios de comunicación local, visitan radios, diarios y canales de TV.

Hay que considerar que las salidas a regiones consideran viáticos y gastos en movilización.

Una vez culminada la jornada vienen las evaluaciones, reuniéndose el grupo para mejorar estrategias, diseñar discursos atractivos, estrechar cercanías con los vecinos a través de diálogos y fotos sociales.

Ahora sí son muchos los profesionales de las comunicaciones dependen de cómo le está yendo al ministro: si sale mucho, poco o nada en los medios.

El problema es cuando estas autoridades no aparecen en los medios o cometen un error que les cuesta el puesto. Ahí  pagan el costo los periodistas, saliendo primero los jefes de comunicaciones, llegando otros, con nuevos aires y más agresivos.

Ahora, que los jefes de prensa o de comunicaciones ganan harto, es verdad. Y es hasta que el jefe que los trajo permanece en el cargo.

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