30 de septiembre de 2025 21:50
  • Luis Pimentel que se ubicó con su silla de ruedas recuerda que tuvo un caballo que se llamaba “Ochenta y veinte”, un combinado que le provocó algunas complicaciones de salud

 El jinete Felipe Tapia, al imponerse el pasado miércoles en la sexta carrera del Valparaíso Sporting Club, completó sesenta carreras ganadas, convirtiéndose en profesional de la especialidad, lo que fue motivo para que su madre, esposa, hijo, hermanos, familiares y amigos se sumaran al podio de los ganadores para ser captados en la fotografía oficial.

El número 60 estaba presente en esta escena y también apareció Luis Pimentel, en su silla de ruedas, quien conoce desde niño al jinete, ya que empezó a galopar en los caballos que tenía bajo su propiedad hasta que Tapia se dedicó de lleno a esta especialidad montando, como esta vez al caballo “Desprolijo” de propiedad de su yerno.

“Tenemos una tremenda amistad con él, siempre ha estado con la familia, en el corral y por eso estuvimos presentes en esta celebración”, agregó con satisfacción.

Pimentel siempre ha tenido caballos en sociedad, ya sea con su yerno, su hija y familiares. Tiene varios que ahora están a cargo de su yerno.

OCHENTA Y VEINTE

Pimentel sabe que la diabetes le ha provocado serios problemas de salud, pero asume su responsabilidad y se muestra de buen humor para enfrentar los desafíos médicos.

Él tuvo un caballo que llevó el nombre de “Ochenta y veinte” que tiene su explicación: “Me tomaba los combinados de esa forma, 80 del grueso y 20 de agua por teñirlo. Ahora pago las consecuencias porque estoy sin una pata, por algo pasan las cosas… Yo lo tuve en mi casa. Era un potrillito que salió simpático, juguetón, lo queríamos harto. Me ganó un cierto día miércoles cuando yo estaba hospitalizado en una clínica, por una amputación. No pude salir del hospital para poder ver la carrera y el caballo gana. Lastimosamente tuve que venderlo rápido, para poder pagar la hospitalización ya que estuve diez días en la clínica y me salió carísimo. Tengo un lindo recuerdo de él. Jugueteaba conmigo, se acercaba, primero me lengueteaba y después me pescaba de la camisa del cuello y me levantaba, dejándome las camisas con mugre”.

Pimentel goza con ir al Sporting y todos lo saludan como “Papy”, un cariñoso afecto que viene desde su grupo familiar.

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