18 de abril de 2025 09:57

* Escuchando al cantante español se confesó con  “La Estrella”

* “Después de Santibáñez soy el que más llena estadios”

* “Mi única queja es contra los travesaños”

 

Una de las reacciones que sorprenden en Hernán “Clavito” Godoy es la serenidad con que tomó la decisión del directorio de Santiago Wanderers de que no siguiera a cargo del equipo.

Hombre habitualmente sanguíneo, explosivo y traicionado cientos de veces por su temperamento, esta vez solo irradia tranquilidad.

Así lo encontramos nuevamente en una tarde asoleada, en su departamento, en el cuarto piso de un edificio de Villanelo Alto, en Viña del Mar.

En short y polera, se pasea descalzo sobre la alfombra del living. Va por una casete y la instala en el equipo.

Julio Iglesias irrumpe con su melodía de que “tropecé de nuevo y con la misma piedra…”.

-Soy como Julio Iglesias. Me identifican sus letras –explica, mientras se acomoda en el sofá-.

-¿Qué ha hecho en estos días, Hernán?

-Aquí estoy, tranquilo, alejado del ruido mundanal. Voy a estar en Viña, viajaré a Santiago, veré fútbol. El sábado voy a ir a ver a Everton. Tengo tiempo para estudiar mis esquemas, hacer traducciones del francés y todo aquello que había dejado a un lado por mi trabajo en Wanderers. (Julio Iglesias, como integrado a la conversación, interviene para decir que “de tanto querer ser siempre el primero, me olvidé de vivir…”).

-¿Se olvidó de vivir, Hernán?

-En cierto modo, sí. Yo me dediqué las 24 horas del día a Wanderers. Y si hubiera tenido una cama en el estadio, ahí me hubiera quedado todo el tiempo. Yo soy así. He tenido muchas camisetas. Pero nunca he sido un mercenario. Con Audax, con Antofagasta, con Arica y con Wanderers me entregué con toda mi alma a la causa.

-¿Qué le dice  la gente donde lo encuentra?

-Que yo no debí salir. Que se precipitaron conmigo.

-¿Cree que Wanderers tiene el plantel suficiente para subir a Primera?

-Formar un plantel como este fue una locura. Traje a Yáñez cuando acá había cinco laterales; dije que había que tener un 8 de experiencia, de buen trato como persona, aunque fuera viejo; un goleador y un arquero. Cuando nadie creía en ese plantel, empezó a dar frutos. Y toda una ciudad se entusiasmó y vibró a estadio lleno. Yo no prometí el título. Pero con todo, estábamos dando la pelea para subir. Ahora seguiré apoyando a estos jugadores desde afuera. No quiero entorpecer el trabajo de Ferrero y por eso no quiero tener un contacto tan directo con los jugadores. Pero sigo siendo wanderino. A lo mejor voy a ir al estadio, pero sin que mi presencia moleste. Yo tengo ética y voy a morir con ella.

-¿De qué cosas se arrepiente?

-De haber discutido con dos periodistas, de haber pretendido pelear con hinchas audinos. Pero es que yo defiendo a muerte la camiseta. Me gritan muchas cosas para provocarme: que soy pichicatero, que soy un vendido. He demostrado que eso es mentira. Es posible que haya exagerado el tono de mi voz al reconvenir a un jugador. Pero ha sido con la sana intención de hacerle ver sus errores. Soy un ganador. Creo que después de Santibáñez, soy el que más llena estadios. Riera lo hizo el 62. Morales también en Everton, pero con un super plantel. Yo lo hice con gente más modesta. Ahora les rindo un homenaje a todos esos jugadores. A Olivos lo traje por su funcionalidad. Me lo criticaron, pero me rindió al hacerme correr a Arancibia. Baeza tapó el dolor de la partida de De Luca. Cáceres llegará a la selección. Fritz demostró que es un gran zaguero. Arancibia estaba para irse a sus cuarteles de invierno y reverdeció conmigo. Ortiz empezó tarde a demostrar que es desequilibrante y tiene que dar más. Pérez, que vino de la humildad de Quintero, es un delantero de lujo. Yáñez, que al principio pareció un “cacho”, demostró con goles de tiro libre su valor. Ahora me informan que no podrá jugar durante cuatro meses a causa de su rodilla. Lima está sicológicamente derrumbado por su tendinitis, pero va a recuperarse y será muy importante en la recta final. Bahamondes le va a dar peso a una defensa cansada de defender sin que le salgan los goles a los delanteros. Apenas salgan los goles, los muchachos se van a soltar…

Mientras se extiende en un monólogo de desahogo, Julio Iglesias no ha parado de cantar un tema tras otro. (“Pregúntale…”).

-¿Ha tenido ofertas para dirigir otros clubes?

-Oí decir que si la Unión Española no llegaba a acuerdo con Santibáñez, me llamarían. Pero estoy tranquilo, soy un cheque a fecha. Pase lo que pase con Wanderers, yo estoy cotizado. Si se sube, gran parte del mérito es mío. Si no, dirán por qué echaron a Godoy. (“Cuando se quiere de veras, como te quiero yo a ti, es imposible mi cielo…”).

-¿Qué proyectos tenía usted para el futuro de Wanderers?

-Muchos. Cuando vine, soporté la lluvia, el granizo, el aluvión y salí adelante. Como dice Tobar, éramos un plantel modesto, pero que se había forjado grandes ambiciones. Una vez en primera la idea era ir a Copa Libertadores. Por supuesto que para eso habría que pensar en refuerzos, hablo de un De Luca, de un J. J. López, por decir. Pensaba que podíamos ir a hacer una pretemporada a Uruguay. En fin, muchas cosas desfilaron por  mi mente.

-¿No exageró el argumento de los lesionados en las derrotas?

-Pienso que no. Se gastaron  cinco millones de pesos en operaciones. Tuvimos prácticamente un equipo descartado. Te nombro: Zapata estuvo a punto de quedar vegetal, como era el segundo arquero, y Órdenes había sido prestado, tuvimos que traer a Muñoz. De Bahamondes nunca pensamos que iba a estar tantos partidos castigado y que después le rajaron el ligamento de la rodilla. A Yáñez hubo que trajinarle dos veces la misma rodilla. Olivos y Poirrier estuvieron gran parte de la segunda rueda con tendinitis aquiliana. Lima, Ortiz, Arancibia,  Baeza, Dunstan, Monreal… Si tú quieres puede ser una plantilla completa de reserva de la que tuve que prescindir en un determinado momento.

-¿Qué descargos tiene para las acusaciones de indisciplina?

-Primera cosa muy clara: nunca salí de farra con los jugadores. En los asados de camaradería yo actuaba como cocinero, porque tenía que demostrar que yo era uno más del grupo. Ahora, los actos de indisciplina por fuera, siempre fueron castigados con multas fuertes.

(“No vengo ni voy, me da lo mismo quedarme o seguir…”).

-¿Aplicó la misma vara con todos?

-Traté de ser justo con todos. Hasta integrantes del cuerpo técnico pagaron multas. Lo controlábamos todo, desde el atraso en  cinco minutos a la llegada a los entrenamientos. La plata era para la Mutual de jugadores.

-¿Fue siempre justo?

-Es posible que haya sido con algunos más y con otros menos, pero sin querer.

-¿Siente rencor con los dirigentes?

-No quiero ser injusto con ellos. Bernardo Salazar es un gran presidente y un gran amigo. Con los demás, con unos tuve más amistad, con otros menos, pero siempre hubo respeto, aunque hayamos tenido discrepancias técnicas y tácticas. Yo les agradezco a los dirigentes, tal como agradezco al cuerpo técnico, a los funcionarios de la institución, a Alicia, a Félix, a María, a Pepe, al administrador del estadio, que a pesar de las dificultades para ocupar la cancha, siempre procuró atendernos de la mejor forma. Yo les agradezco a los dos alcaldes (Longton y Navarrete). Al comandante del Regimiento Maipo, a la prensa especializada, a “La Estrella”, a “El Mercurio”, a la Radio Festival…

(“De tanto correr por la vida sin rumbooooo…”).

-¿No tiene quejas para nadie?

-La única queja que tengo es contra los travesaños. Si en el partido contra Coquimbo el árbitro cobra ese gol de Jofré que picó dentro de la raya por 15 centímetros, como se ve en el Show de Goles, no habríamos tenido ningún drama, estaríamos dos puntos adelante y dispuestos a pisar a todos nuestros rivales en la liguilla. Los penales que nos fueron esquivos, eso es mi desgracia.

-Pero los penales no son culpa de un entrenador.

-Pero el técnico siempre tiene que poner la cara. Y yo siempre lo hice, sin acobardarme nunca. No me arrepiento y ahora estoy tranquilo. Me basta con el reconocimiento que me hacen a diario el hombre del almacén, el jardinero, el que recoge la basura, la gente anónima que me dice “estoy con usted, Clavito”.

(“Yo no soy la roca que golpea la ola, soy de carne y hueso, y ojalá mañana oigas de mi boca vaya usted con Dios…”).

-¿Por qué le gusta Julio Iglesias?

-Porque dice la verdad.

NOTA: Esta entrevista la realizó el periodista Manuel Mejías en el año 1988, Wanderers había sido puntero del ascenso todo el año. Previo a la liguilla, perdió la punta y echaron a Clavito Godoy. Y le hizo esta entrevista para La Estrella

 

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