
Por Gonzalo Gutiérrez Muñoz, periodista
Por su violencia y rápida propagación, surgió a mediados del 2006 un nuevo fenómeno delictual que se ejecutaba de noche. Las bandas de ladrones embestían con vehículos robados las cortinas metálicas, las rejas o vitrinas de locales comerciales, consiguiendo en pocos minutos importantes botines.
Este modelo importado de Europa fue denominado “alunizaje”. El caso más llamativo fue el de la joyería Barón en la capital. Se replicó en el resto del país, asaltando tiendas de lujo y deportivas.
Los comerciantes instalaron en los accesos grandes esferas de hormigón y un anticuario desesperado empotró rieles de trenes para impedir los “alunizajes”.
Luego a partir del 2015 se consignan los “portonazos” teniendo entre sus primeras víctimas a la actriz Claudia de Girólamo. Los robos de vehículos se producían cuando los conductores llegaban a los portones de sus hogares, donde eran amenazados, reducidos, golpeados y hasta asesinados para llevarse el vehículo.
La violencia era tal, que los delincuentes atacaban a mujeres embarazadas o que iban con niños en los vehículos, además de lucir armas letales. En Santiago y el resto del país, hubo varias víctimas fatales al oponer resistencia los dueños de los móviles.
Se habló de “portonazos” diurnos, cuando ocurrían a primera hora de la mañana y hasta hubo un “portonazo” nuclear cuando robaron un camión que transportaba un equipo de grammagrafía industrial.
Los asaltantes derivaron luego a las “encerronas” que ocurrían en calles, carreteras, pasajes o autopistas. Los vehículos y las piezas eran reducidos y se supo de vehículos que fueron revendidos en Bolivia.
La criminalidad varió a los “turbazos” una modalidad importada de Brasil y Colombia, y el primero de ellos en el país, ocurrió en Valparaíso con réplicas en farmacias, supermercados y tiendas del retail. Esa primera experiencia porteña recogida en la prensa habla de una banda de unos treinta sujetos que actúa por sorpresa y en el menor tiempo posible. Lastimosamente los “turbazos” afectaron también a viviendas, estando los moradores en el interior.
Ahora han vuelto los asaltos a los cajeros automáticos con el uso de nuevos explosivos, pero las “encerronas”, “turbazos” y “portonazos” siguen plenamente vigentes.
Los expertos en seguridad apuntan a usar la Inteligencia Artificial para ubicar a los delincuentes que andan sueltos y que se pasean por los centros comerciales, calles y usan el transporte colectivo. Lo propio se plantea respecto de las patentes de vehículos. Solo falta la decisión de la autoridad de turno.
Y ahora se apura un proyecto de ley aprobado en el Senado y que se ha postergado en la Cámara de Diputados. El senador Iván Flores llama a tramitar proyecto que impone nuevos estándares y reglas para las autopistas a fin de enfrentar la delincuencia, expresando que es “sospechoso que no se vote desde agosto”.