26 de octubre de 2025 10:53
  • Oscar Rodríguez Novoa, ex Consejero Regional, CORE, Región de Valparaíso

 NO HAN FALTADO quienes han pretendido entonar un réquiem por la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), pregonando un cambio radical de perspectiva frente a los problemas sociales. Sin embargo, ellos han sido refutados por el dinamismo, actualidad y eficacia propia de una doctrina vigorosa, fundada en la sólida roca de la verdad evangélica. Se trata de una doctrina que, de suya, está abierta a los desafíos del tiempo, sin ser erosionada o fagocitada por él. Por tanto, no hay que desesperar por su futuro, pues quienes participan de la paciencia de Dios y confían en la eficacia propia de la fé, saben que ella tiene un porvenir potente.

Creemos que como antes, estos tiempos están necesitados de luz y verdad. Quienes se dejan permear por dicha doctrina encontrarán una poderosa llama, capaz de alumbrar la senda de la verdadera liberación del hombre.

Estas son las convicciones que orientan e inspiran las páginas del libro “Iglesia, Política y Sociedad”, cuyo autor es Fernando Moreno, las que compartimos plenamente. Se trata, no obstante, de un tema complejo que se deriva, tanto de la materia como de sus fuentes.

En el estudio de la Doctrina Social de la Iglesia se examinan distintos elementos centrales, atendiendo tanto a cuestiones medulares como a problemas más actuales. De esta forma, se analiza primero y con especial énfasis, la naturaleza y razón de ser de dicha doctrina. Una justa comprensión de ella supone esclarecer, tanto su estatuto que define qué tipo de saber y cuál es su método, como el rol del magisterio y el de los laicos.

Otro tema fundamental se refiere a los derechos del hombre, el cual es tan sensible en nuestro tiempo.

En otro capítulo se analiza la dignidad de la persona humana y la tutela de sus derechos inalienables, que es su punto de partida, su objeto primario. También, la reconciliación, que es una necesidad de supervivencia para el mundo y el Chile de hoy, lo que supone una paz consigo mismo y con los otros, lo que debe expresarse en acciones y hechos que hagan realidad la cultura de la solidaridad y la mayor justicia social.

Como vemos, la Doctrina Social de la Iglesia nos invita a reflexionar y profundizar acerca de un conjunto de valores, orientaciones y criterios, cuyas modalidades son dinámicas y acordes a los tiempos, a la vez que dejan en evidencia el rol clave de una doctrina cuya aplicación conduce a la liberación del hombre.

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