19 de abril de 2025 01:41
  • Francisco Bartolucci Johnson, abogado y académico

 

Ahora, como resultado del debate, las protestas y opiniones fundadas en contra de la iniciativa, resulta que todo se enredó, se morigeró y se cambió; pero lo cierto es que en su momento se evidenció que con motivo de la conmemoración de los 80 años de entrega del Premio Nobel de Literatura a nuestra insigne poetisa Gabriela Mistral, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, informó, en la comisión encargada de preparar los festejos, que el foco de esa repartición en las actividades de celebración  estaría puesto en relevar – esto es, hacer relevante – “la identidad rural y también como lesbiana” de Mistral.

La cuestión es tan grotesca, que no merece comentario de mi parte, baste los ya vertidos por tantas personas y organizaciones, como la Gabriela Mistral Foundation desde Nueva York, protestando, fundadamente, contra la idea de resaltar una faceta tan íntima de su personalidad, la que ella, como bien se ha recordado, siempre quiso mantener como algo privado.

Mi reflexión, en este desacertado episodio impulsado desde una repartición estatal, apunta a confirmar como mentes militantes en los postulados de la ideología de género no pierden oportunidad de impulsar y promover los propósitos de la doctrina LGTB, incluso irrespetando la voluntad y vida íntima de figuras ilustres que forman parte de lo más excelso de nuestro acervo cultural. Bueno, así son. Lamentable.

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