
- Gonzalo Gutiérrez Muñoz, periodista
En aquellos años, en que los informadores de cancha, durante las transmisiones de fútbol, se colocaban detrás de los arcos, me correspondió vivir una anécdota con Hernán “Clavito” Godoy, a propósito de su reciente deceso, ya que se han comentado numerosas situaciones, algunas de ellas polémicas y otras graciosas.
Los hechos ocurrieron en el Estadio Playa Ancha, como se llamaba en esos años dicho recinto y trabajaba en el equipo deportivo que dirigía el periodista Fernando Muñoz, en Radio Cooperativa, cuando funcionaba en calle Lira de Valparaíso. Estaba en los relatos Aldo Ortiz Pupo y como informadores de cancha me desempeñaba junto al periodista Alfredo Villalobos. Cada uno instalado detrás de un arco atento al desarrollo del partido y dar respuesta a los requerimientos del relator.
Se jugaba el partido Wanderers-Audax Italiano. Este último era dirigido por Hernán Godoy.
Como era costumbre en esos años, al término del primer tiempo, cada informador de cancha entrevistaba a un jugador mientras el grupo se dirigía a los camarines. Me correspondía dialogar con el arquero Julio Rodríguez –quien accedió gentilmente-, nota que ocurrió minutos después que Villalobos terminara de entrevistar a un jugador caturro.
Tras las consabidas palabras de que el partido era parejo y que Rodríguez había tenido algunas intervenciones oportunas, nos despedimos al aire y bajamos por el túnel que da a la Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación. El desplazamiento de los jugadores era muy ruidoso por los estoperoles de los zapatos, ya que el piso era de cemento. Hay que sumar que el trayecto del túnel era bastante largo. Rodríguez, llegó atrasado al camarín y ya se oían las vociferantes instrucciones de Godoy.
El golero golpeó la puerta metálica para entrar, tardía presencia que molestó a rabiar a “Clavito” que lo agarró a garabato limpio: “Te he dicho CTM que no le dis declaraciones a los periodistas. Cuando vai a aprender hue…cu..”.
Me detuve un rato. Quedé impactado por el vocabulario de un entrenador que en esos años mostraba muchos logros.
En esa oportunidad, Audax le ganó a Wanderers, y el entrenador Hernán Godoy fue elegido la figura del partido, porque fueron certeros los cambios que realizó en el segundo tiempo para lograr el triunfo.
Todos los que cubríamos deportes a orilla de campo, sabíamos del lenguaje vehemente y a veces grosero de Godoy, el que desaparecía una vez que era entrevistado al término del partido, en tiempos en que los periodistas también entraban a los camarines ya sea antes y después del partido, política que después desapareció.
A propósito, Julio Rodríguez siempre estuvo preocupado de la salud de “Clavito” y así ha quedado reflejado en sus declaraciones destacando su cercanía
ANECDOTARIO
Recordada es la historia con el loro de Víctor “Pititore” Cabrera en la década del 80.
Godoy estaba molesto porque el jugador no concurría a los entrenamientos y lo fue a visitar a su hogar como ya lo había hecho en otras ocasiones.
Cabrera tenía un loro muy dialogante y bien entrenado. El entrenador comentó: “Cada vez que me veía el loro me decía ¡Clavo cul…! Esta vez me enojé, pesqué al loro y lo tiré a la taza del wáter y tiré la cadena… Con el pasar de los días volví a la casa de “Pititore” y grande fue mi sorpresa cuando me encontré con el loro que estaba entablillado con vendas en las alas. Y apenas me vio me seguía diciendo ¡”Clavo cul…!”.
El propio Godoy comentó una situación vivida en el año 2016: “En La Serena debuté a los 16 años y eso les inculco a los jóvenes. Y los clásicos contra Coquimbo contra (Arturo) “Canilla” Díaz y (Alfonso) “Pocho” Morales eran a muerte. Y bueno, después me iba a huevear a las putas aquí más arriba”.
En el año 2020 tuvo una pelea con un periodista en Temuco. Godoy se resistió a la entrevista y le botó la grabadora. El entrenador se llevó como respuesta una patada del reportero en el traste. El entrenador intentó perseguirlo y retomó su camino a los camarines. Esta escena se revivió a través de una grabación televisiva y ocurrió en la misma cancha.
BIOGRAFÍA
Hernán Humberto Godoy Véliz (1941-2025), hijo de un arriero en San Felipe, era sobrino nieto de Gabriela Mistral y en su adolescencia siempre estuvo jugando con una pelota.
Se ganó el apodo de “Clavito” cuando un compañero de curso lo dibujó en una pizarra vestido de futbolista y con las mechas tiesas.
Desde chico y hasta que se hizo futbolista era luchador, bueno y goleador. Le dieron tantas patadas, ya que jugaba en el centro del ataque, que se retiró con los tobillos convertidos en una miseria, de tanto inyectarse corticoides para estar siempre en la cancha.
Para desquitarse de quienes lo pateaban más de una vez entró con un alfiler para desquitarse de los defensas que lo golpeaban.
Dirigió seis veces en Arica, cuatro en Audax Italiano y tres en Wanderers. También entrenó en Estados Unidos, Indonesia y Guatemala. Incursionó en Primera, Segunda y Tercera División.
Se retiró a los 77 años: “Estoy aburrido de pelear con los molinos de viento. He sido un quijote. Uno hace el ridículo, se calienta, se amarga. Capaz que un día me dé un infarto al corazón y me muera en la cancha”.
Tuvo tres matrimonios a cuestas y tres divorcios. En su segundo matrimonio, llegó a la casa diciendo que lo habían echado pagándole el finiquito. La mujer le dijo: “Ahora cómprate un auto y maneja un taxi”. Tanto le molestó, que la mandó a la punta del cerro y se separó.
Durante sus separaciones vivía con los cuñados o con una hija, donde lo sorprendió la muerte.
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